Características del juego

Ø  Es una  actividad libre, ya que es elegida por el sujeto que juega y puede interrumpirse o terminarse en cualquier momento. Esta libertad se encuentra asociada al hecho de que la elección no responde a una necesidad biológica o a un deber moral, sino que es una acción desinteresada.
Se practica por el placer mismo que éste causa. Esto implica una intencionalidad, solo hay juego cuando los sujetos toman la decisión de convertirse en jugadores y crean la situación de juego.
Ø  Supone la creación de un mundo paralelo, de una situación ficticia, donde se utilizan elementos de la realidad al tiempo que el jugador sabe que lo que se hace no es verdad, que puede entrar y salir de ese mundo cuando lo desee.
Sin embargo, este universo que crean los jugadores no está exento de reglas:
Ø  estas se encuentran siempre presentes bajo diferentes formas: explícitas o implícitas, preexistentes o construidas durante el juego. Las reglas tienen una función central, ya que delimitan el juego, a la vez que implican la suspensión momentánea de las reglas que ordenan el mundo habitual. Son libremente aceptadas por aquellos que deciden participar del juego, pero, al mismo tiempo, se vuelven obligatorias, porque, en la medida que ellas se transgredan, se desvanece el mundo del juego.
Las reglas se subordinan a la práctica y actúan como hipótesis que regulan el juego y permiten que en el juego mismo se aprenda a jugar.
 La presencia de reglas, entonces, imprime orden en el juego.
Ø  el juego supone motivaciones intrínsecas, que resultan siempre “improductivas” en términos utilitarios, y guarda un fin en sí mismo, ya que la actividad se va construyendo en su propio desarrollo siendo los medios más importantes que los fines. Puede ser repetido, aunque nunca su desarrollo puede ser determinado previamente. El juego puede reiterarse, pero siempre será una actividad incierta, no puede definirse su desarrollo ni conocer su resultado de antemano, ya que la situación de juego abre siempre un espacio para la invención y la iniciativa de los participantes.

El como si del juego presenta variados beneficios para el aprendizaje y el desarrollo infantil. El niño, al jugar, participa de una situación ficticia o imaginaria y se sujeta a las reglas de conocimiento que la regulan, aún cuando con frecuencia no domina esos comporta Además, el juego constituye un precursor del trabajo en grupo y en este sentido es posible pensarlo como una instancia de aprendizaje en relación con la construcción conjunta de conocimiento. El juego supone un proceso de colaboración entre pares en el que se intercambian ideas, se da una negociación en cuanto a las intenciones de los jugadores y la elaboración de diversos temas a fin de sostener una acción determinada.
Por otro lado, jugar es generalmente un acto satisfactorio para el niño; es hacer; manipular objetos, reproducir situaciones, resolver conflictos. También al jugar el niño puede “desplazar sus miedos, angustias y problemas; la acción repite en el juego todas las situaciones, esto le permite ejercer un dominio sobre objetos externos a su alcance, hacer activo lo sufrido, cambiar un final, tolerar papeles que le gustan menos o que le están prohibidos y repetir a voluntad lo placentero.”
Por todo esto, la actividad lúdica es importante para el aprendizaje y el desarrollo subjetivo.

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